Cada año, las plantas trepadoras ganan en popularidad. Lo que no es tan extraño ya que las consecuencias de la urbanización las vemos en el pequeño tamaño de los jardines y de los balcones. Afortunadamente, la jardinería en altura y la utilización de las plantas trepadoras permiten ahorrar sitio y crear una ilusión de espacio.
Numerosas variedades de plantas sarmentosas semiarbustivas como las Clemátides o los rosales trepadores son clasificadas comúnmente en el grupo de las plantas trepadoras. Lo que no es correcto porque en principio, todas estas plantas deben ser guiadas y reclaman ayuda para trepar.
De hecho, existen sólo 5 plantas autotrepadoras: La Hiedra, la Viña Virgen, la Hortensia Trepadora, el Bonetero y el Jazmín de Virginia. Para agarrarse, éstas piden sólo un pequeño empujón al principio en dirección a una pared, a una pérgola o a otro soporte creado con ese fin. Después, las raíces aéreas que se forman a lo largo de los sarmientos casi hacen las veces de “ventosas” y fijan los sarmientos en cualquier superficie disponible.
Si estas plantas trepadoras no encuentran ningún apoyo para empinarse, seguirán otro camino. Tan pronto como las raíces aéreas entran en contacto con el suelo, se convierten en raíces simples. Cada sarmiento provisto de buenas raíces puede ser cortado conforme deseemos, independientemente de la planta madre. Este método permite obtener un montón de nuevas plantas.
A continuación os presentamos algunas de las plantas trepadoras más conocidas: