Ya sean plantas de temporada o permanentes, coloreadas, perfumadas, delicadas, sutiles, tiernas u orgullosas,… las plantas de flores nos ofrecen un espectáculo encantador e incomparable. Primero de todo debemos saber qué tipo de planta elegir. Para ello, vamos a explicarte los dos tipos de plantas que puedes encontrar.
Son las plantas que siguen las temporadas, es decir, las plantas que se cambian o siembran nuevamente año tras año. Estas plantas tienen una florescencia brillante y muy colorida que dura alrededor de un mes. Después de la florescencia, éstas pierden su atractivo principal, pero algunas pueden ser replantadas en el jardín, cómo es el caso del lis y de las hortensias.
Plantas permanentes:
Las plantas permanentes (también llamadas “plantas verdes”) presentan el interés de una florescencia atractiva y de duración larga (de uno a 2 meses). Una vez la florescencia acabada, ellas conservan un follaje vigoroso y decorativo digno de una planta “verde”. Además, estas plantas reflorecen de un año para el otro.
Ahora te vamos a ofrecer algunos consejos para transportar las plantas hasta tu casa. Por ejemplo, es recomendable comprar las plantas de invernadero al fin de sus compras, para evitar cambios bruscos de temperatura. El traslado de las plantas en el coche es importante. Intenta llevar las plantas en recipientes que les garanticen no tumbarse, caerse ni golpearse con nada, para evitar así que se rompa ninguna hoja ni flor. Además durante el trayecto no las expongas mucho al sol, ya que las hojas corren peligro de arder. Una vez llegado a casa, quita en seguida el embalaje de las plantas para evitar la condensación y que no se pudran.
Los cuidados
Las plantas de temporada necesitan de una mayor atención y no soportan muy bien los descuidos de sus dueños. El riego es preferible hacerlo por la mañana y no por la tarde, con el fin de evitar una humedad demasiado fuerte que puede hacer que las plantas se pudran. Regularmente, riégalas sin dejar resecarse la tierra en profundidad (o sea, de 1 a 2 veces a la semana, según la exposición y la temperatura de la pieza), sin dejar nunca agua estancada bajo la maceta.
Evita las corrientes de aire y no las cambie de sitio durante la florescencia ya que ambas cosas pueden provocar la caída da las flores. Elimina las flores marchitadas con el fin de estimular la llegada de nuevos brotes florales y favorecer su apertura.
Su planta reflorecerá generalmente en primavera de manera cíclica. A principios de primavera, en el período de despertar de la planta, aumenta la frecuencia de los riegos añadiendo estiércol para plantas. Si éstas tardan o tienen dificultad para reflorecer, hazlas un ayuno invernal con una temperatura más fresca (de 10 a 15°C según las variedades) y unos riegos más espaciados. Este “estrés voluntario” provocará naturalmente una nueva puesta de flores haciéndole creer que el invierno ha terminado.